Vivimos en una época donde muchos hablan y pocos hacen. Montar tu proyecto personal te diferencia del montón (y de tu competencia). Los proyectos personales son indicadores de lo que eres capaz de construir.
Si te quejas porque no encuentras trabajo en lo que te gusta, puede ser porque nadie sabe qué es eso que te gusta. Si lo haces para ti, quizás luego la gente luego te pagará para hacer eso mismo.
Pero el valor de un proyecto personal no tiene porque ser comercial. Es un espacio libre para la creatividad, funciona como desahogo y para recuperar motivación.
Si creas un proyectos para generar valor para tu marca personal, el proyecto se vuelve una herramienta de marketing.
Las reglas fundamentales para tener éxito en tu proyecto personal
- Poco riesgo. Si fracasas, no pasa nada: no pierdes más que el tiempo invertido, estos proyectos no tienen que afectar tu situación financiera. Tampoco tienen que darte de comer, (aunque eso nunca se sabe). Puedes seguir subsistiendo si fracasan*
- Poca presión. No hay fecha de entrega. Por lo tanto puedes experimentar y ser creativo, correr riesgos.
- Es un trabajo fruto de tu pasión. Cuando le dedicas tiempo, lo haces porque es lo que quieres.
*Importante: mantener tu trabajo es la mejor forma de financiar tu proyecto personal
Hoja de Ruta en 13 pasos para materializar tu idea en un Proyecto Paralelo (Side Project)
1. Identifica qué proyecto quieres realizar
Concreta un proyecto que tenga sentido y sea medible.
Define claramente tus objetivos, cual será el producto final y la fecha de entrega o/y lanzamiento.
2. Planifica previamente los pasos a seguir
Planifica los pasos para cumplir el objetivo en el plazo previsto. Tener una idea mola, pero si no concretas, se quedará todo en una simple fantasia.
Organiza un calendario indicativo, que revisarás por lo menos mensualmente.
Pro Tip: empieza la planificación hacia atrás, a partir de la fecha de entrega, verás que es más sencillo.
3. Empieza planeando algo pequeño
Start small (and keep it small).
El proyecto debería ser pequeño. Muchas veces un buen proyecto es algo que resuelve un problema real de la forma más sencilla que cualquier otra alternativa.
Reduce al mínimo las funcionalidades para evitar dispersarte.
Intenta que el proyecto pueda seguir funcionando y aportar valor sin necesidad de actualizaciones y mantenimiento.
Si estás pensando ampliar o actualizar el proyecto, primero tienes que preguntarte: “qué aportará más valor: ¿mejorar este proyecto o desarrollar otro?»
4. Ponte límites
Aquí atajamos el problema que yo llamo “Paralisis de las Infinitas Posibilidades”: si tienes frente a ti todas las posibilidades del mundo, lo más normal es que te quedes bloqueado, sin saber por donde tirar. A menudo la creatividad fluye mejor dentro de unos límites.
Para evitarlo, ponte tu mismo unos limites. Por ejemplo:
- Limita tu tiempo: “lo voy a realizar en una semana, salga lo que salga”
- Limita tus opciones: ¿quieres crear una ilustración? Puedes decidir usar sólo 3 colores, o inspirarte en un estilo o autor determinado.
5. Ponte un plazo
Es mejor definir unos tiempo plausibles en lugar que estirarlos al infinito. Intenta evitar retrasos para no perder motivación.
Si en esta fase te das cuenta de que no tienes el tiempo suficiente para cumplir con tu objetivo, tienes dos posibilidades (la nº 1 es preferible):
- quita elementos al proyecto
- alarga los plazos del proyecto
6. Divide el proyecto en partes pequeñas
Subdivide el trabajo en tareas más pequeñas: será para ti más fácil encajarlo en el poco tiempo que dispones para tu proyecto.
Intenta que cada bloque contenga algo útil y funcional. De esta forma, sentirás que estás avanzando.
7. Gestiona bien tu tiempo
Tu problema principal será encontrar el tiempo.
Pon tu proyecto al mismo nivel que los trabajos que haces para tus clientes.
Los problemas de tiempo siempre son problemas de prioridades. Si ves que nunca encuentras tiempo para dedicar al proyecto, te tienes que preguntar si de verdad es importante para ti.
Planifica con antelación qué es lo que harás en el tiempo del que dispones, para ser más eficaz. Sé disciplinado y comprométete a cumplir ese horario como una rutina más.
8. Optimiza tu entorno de trabajo
Asegúrate de tener todo preparado para poder aprovechar tu tiempo al 100%.
No pierdas el poco tiempo del que dispones instalando un programa, resolviendo una incidencia con tu ordenador o intentando recordar una password.
Evita también gastar demasiado tiempo en estudiar un sistema para ser más productivo: serías menos productivo.
9. Sin prisas pero sin pausas
Concéntrate en el presente, no en el objetivo final.
Estás metido en el proyecto porque te lo pasas bien, no sólo para conseguir algo acabado.
Sin prisas: la presión tiene que quedar excluida. A veces la presión es enemiga de la creatividad.
Sin pausas: si interrumpes el flujo, pierdes empuje, si pierdes empuje, corres el riesgo de abandonar.
10. Delega lo que puedas
Si puedes, delega tareas para ganar tiempo.
Es el eterno dilema entre tiempo y dinero: ¿tienes más tiempo o más dinero? Si el tiempo no es un problema, puedes intentar ocuparte de todo, aunque tardarás más y correrás el riesgo de perder interés en el proyecto.
Pro Tip: asegúrate de no estar haciendo trabajos que te dan la impresión de estar ocupado, pero no te hacen avanzar.
11. Prototipado rápido
Si hace falta trabajar con conceptos y tecnologías nuevos, haz un prototipo rápido e imperfecto, para facilitar tu aprendizaje.
Learning By Doing:
En lugar de gastar tiempo estudiando la teoría, es mejor que te pongas manos a la obra cuanto antes, y realices algo rápido y sencillo. De esta forma, aprenderás y crearás al mismo tiempo.
Si por ejemplo quieres aprender desarrollo web, lo mejor es trabajar en una web real: tu web personal, una web para el negocio de tu pareja,…
12. No te dejes distraer
No te dejes distraer por tareas que vienen después:
Por ejemplo, no estudies estrategias de lanzamiento cuando todavía no has terminado tu proyecto. El peligro de procrastinar siempre está al acecho.
Si tienes miedo de olvidarte cosas, toma unas notas al respecto para mirarlas cuando sea el momento. (Evernote y Google Drive pueden ser tus mejores amigos).
13. No tengas miedo a fracasar
Estás trabajando en ello porque quieres, no porque debes.
El verdadero fracaso de un proyecto personal es abandonar, no que te salga algo por debajo de tus expectativas. ¿Lo que has hecho te parece hasta patético?
No es ningún problema. Si has abandonado, sólo te quedará la frustración. Sin embargo si has terminado algo, por malo que sea habrás adquirido experiencia, capacidad y ganas para que tu siguiente proyecto sea un éxito.
Como dice el maestro Yoda:
No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes”
Si te interesa el tema de los side projects, quizás te interese conocer 5 tipos de proyectos personales que merecen la pena, o porqué lo más importante NO es tu idea.
Deja una respuesta