Las ideas son grandes en el momento en que se convierten en realidades. De por sí, las ideas no valen nada. Las ideas se quedan flotando por ahí, y se le ocurren a muchas personas al mismo tiempo. Lo importante es tener la capacidad de llevarlas a cabo
Esta frase es de un empresario y programador argentino, Máximo Cavazzani, el exitoso autor de la app “Apalabrados”.
Tener una idea, hasta la mejor idea del mundo, no sirve de nada si lo único que haces con ella es guardarla en un cajón.
Eso es hasta peor que no tener ninguna.
Las ideas son útiles y valiosas sólo en el momento en que se convierten en realidades.
La única diferencia entre la idea que escondes en un cajón y la caca de un perro es que la segunda es real.
El valor, es exactamente el mismo.
Si no entiendes este concepto perderás tu tiempo en balde: guardarás con recelo tu idea genial, y esperarás al infinito la ocasión perfecta para llevarla a cabo.
La ocasión perfecta no va a existir nunca, y la idea perfecta, tampoco.
¿Quieres saber cuál es el mejor momento para hacer de tu idea una realidad? Probablemente, ahora mismo.
El mejor momento para empezar algo es ayer. El segundo mejor momento, ahora mismo.
El gran robo de tus ideas: la excusa para no mover el culo
Ahora que ser empresario es el último grito, se ha vuelto de moda (con razón) el concepto de Lean Startup, que se podría resumir como: “transformar una idea en proyecto y lanzarla al mercado lo más rápido posible, con el proyecto en su forma mínima viable, para tener un feedback real que te permita validarla y mejorarla. O tirarla a la basura antes de haber malgastado tu dinero”.
Según este concepto, de nada sirve mantener una idea en secreto. Las ventajas de hacerla pública son muy superiores al peligro de que te la roben:
- puedes averiguar si existe un interés real hacia tu idea
- puedes comprobar su validez
- puedes obtener informaciones valiosas para optimizarla y corregirla
La principal preocupación de muchos al tener una buena idea, es cómo protegerla de un robo o plagio. Sin embargo, hay pocas posibilidades reales de que eso ocurra. Pero además, si de verdad llegara a ocurrir y te la robaran, no pasaría absolutamente nada.
No pasaría nada por el simple hecho de que nunca te podrán robar lo más importante: tu forma peculiar de realizarla, los infinitos matices que provienen de tu personalidad, de tus lecturas, tus experiencias vitales y laborales,…
Lo que acabarían por hacer a partir de tu idea sería casi seguramente algo muy diferente de lo que tienes tu en la cabeza.
En mi trabajo, he tenido que firmar acuerdos de confidencialidad para proyectos – en ocasiones copias descaradas de otros – donde el cliente manifestaba un miedo desproporcionado a que le robaran su embrión de idea. Y deja que te diga, ese tipo de trabajos no suele tener un final feliz.
Una última cosa sobre el tema del robo de tu idea: si te roban tu idea y desarrollan algo con ella, y tu por tu parte sigues sin haber hecho nada, la culpa será tuya.
Ellos han hecho lo más importante: pasar a la acción, y tu no te has movido de tu estado catatónico.
De hecho, el miedo a que te roben tu idea puede ser más perjudicial que el propio robo: escondes tu idea sin compartirla con nadie, hasta que tu mismo pierdes confianza en ella o hasta te olvidas.
Hay otra forma de mirar a las ideas:
Las ideas como multiplicadoras de acciones
Las ideas, solas, no valen nada, hasta que se ejecuten. Una idea sólo es un multiplicador. Lo que vale millones es la ejecución.
Acompañadas por la acción, las ideas pueden ser la bomba. Es un concepto sencillo, pero que puede suponer un importante cambio de perspectiva.
La mejor idea del mundo, sin ejecución, vale 20€. Pero la misma idea ejecutada de forma brillante vale 20.000.000€.
El concepto de ideas como multiplicadoras de acciones es de Derek Sivers, otro empresario y programador de éxito.
Para crear algo o montar un negocio, tienes entonces que multiplicar esos dos factores: idea + ejecución.
Casi cualquiera puede tener una idea genial, innovadora y con mucho potencial. ¿La razón? Tener ideas es algo muy fácil, apenas requiere esfuerzo, y nos regala una satisfacción inmediata.
Son muchos los estudios que nos cuentan como para nuestro cerebro pensar una cosa y hacerla son prácticamente lo mismo.
Por ese motivo muchos se quedan en la fase de las ideas y no van más allá: el cerebro ya ha experimentado una satisfacción igual a haber realizado algo, sin tener que esforzarse. Ya te has imaginado como una persona de éxito, aplaudido por todos y rico gracias a tu idea genial. Has tenido tu descarga de dopamina, a cambio de nada.
Las ideas pueden llegar a ser una droga:
- crean dependencia y te hacen vivir fuera de la realidad.
- te proporcionan un rato placentero, mientras tu vida sigue siendo una mierda
- quizás puedan ser un apoyo a tu creatividad, pero por sí solas, te pueden hundir
Si las ideas son tu droga, pasar a la acción es tu metadona.
Soñar es inútil si no pasas a la acción
Para invitarte a pasar a la acción te quiero presentar la historia de la ilustradora Rilla Alexander, donde cuenta su personal relación con las ideas.
Estoy seguro que muchos se reconocerán en su historia. Yo, desde luego, sí: tienes una idea, la guardas en un cajón, aplazas su ejecución hasta que otra idea, que te parece mejor, suplanta la anterior… y vuelta a empezar, surfeando de idea en idea, sin pasar nunca a la acción.
Es una experiencia que puede llegar a ser tremendamente frustrante. Por eso digo que no tener ideas puede ser preferible a tener ideas y no hacer nada más que seguir fantaseando.
Rilla Alexander cuenta en este vídeo cómo logró pasar a la acción y llevar a cabo su idea: un cuento sobre cómo llevar a cabo una idea.
Es la mejor descripción que he encontrado sobre lo que suele ocurrir con las ideas que no se llevan a cabo. Es un vídeo altamente recomendable:
Traducción y transcripción del vídeo
Si luego no haces nada, soñar es inútil.
Si con tu ideas quieres montar un negocio, antes de ponerte en marcha deberás validar tu idea, para averiguar de que haya un interés real para lo que quieres ofrecer.
Otro elemento positivo nacido del movimiento o filosofía startup es el consejo de que busques a tu audiencia antes de desarrollar tu producto.
Las probabilidades de éxito de una idea son directamente proporcionales a la realidad del problema que esta va a resolver.
Si no soluciona un problema o deseo de nadie, pocas son las probabilidades de éxito.
Existe un caso donde puede no ser necesario pasar por el proceso – tanto importante cuanto tedioso – de validar la idea. Si quieres desarrollar tu idea como un proyecto personal, puede no ser necesaria una validación previa.
En ese caso, la quieres poner en marcha porque quieres, porque te apetece. Si a alguien más le gusta, mejor que mejor, pero no es esencial.
Lo importante en este caso, es que te guste a ti.
Si montas tu proyecto personal en algo que te apasiona y que se te da bien, se disparan las posibilidades de lograr algo que merece la pena, y de que a otros también les pueda gustar.
Y ahora es tu momento de pasar a la acción:
¿Qué idea guardas en el cajón? Y sobre todo, ¿qué es lo que te está impidiendo llevarla a cabo?
Trucos y consejos sobre creatividad para impulsar tu vida profesional y personal
Condensando la creatividad desde diferentes ámbitos (literatura, música, artes visuales, ...) en consejos accionables para tu desarrollo personal y profesional
Frases tuiteables:
Las ideas son útiles y valiosas sólo en el momento en que se convierten en realidades.
La única diferencia entre la idea que escondes en un cajón y la caca de un perro es que la segunda es real.
La ocasión perfecta no va a existir nunca, y la idea perfecta, tampoco.
El mejor momento para empezar algo es ayer. El segundo mejor momento, ahora mismo.
Las ideas sólo son multiplicadoras de acciones. Lo que vale millones es la ejecución.
Si las ideas son tu droga, pasar a la acción es tu metadona.
Soñar es inútil si luego no pasas a la acción.
No es suficiente saber, también se debe aplicar. No es suficiente querer, también se debe hacer.
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