Hoy empiezo un nuevo hábito: mi rutina de mañana (para ser sincero, empecé hace un par de días). Durante todo este mes me centraré en hacer de mi rutina matutina un hábito diario.
En realidad, el año pasado probé diferentes versiones de rutina matutina, y las he disfrutado enormemente. Sólo que no me he ceñido a una durante todo un mes o más, y ése es el objetivo de este mes.
La razón por la que me gusta tener una rutina matutina es que no sólo infunde una sensación de propósito, paz y ritual a mi día, sino que garantiza que hago ciertas cosas cada mañana… es decir, mis objetivos. Estoy reservando el tiempo de la mañana como un momento de paz y tranquilidad, y tiempo para dar pequeños pasos cada día hacia mis objetivos.
Ésta es mi rutina matutina, por el momento (sujeta a modificaciones posteriores):
Rutina matutina
- 4:30 a.m.: me levanto
- Bebo agua
- Establezco mis 3 Tareas Más Importantes (TMI) para hoy
- Preparo el almuerzo para los niños y para mí
- Desayuno y leo
- Hago ejercicio (correr, bicicleta, natación, fuerza o jardinería) o medito
- Me ducho
- Despierto a mi mujer y a mis hijos a las 6:30 a.m
- Un par de explicaciones: Las TMI que establezco para el día se refieren al menos a uno de mis objetivos, y probablemente a las 1-2 cosas que DEBO completar en el trabajo. Habrá más cosas que haga durante el día, pero mi objetivo será terminar al menos estas tres TMI.
En cuanto a lo de hacer ejercicio y meditar, tengo un horario en el que hago un ejercicio cada mañana (a excepción de los viernes, en los que planeo meditar durante al menos 10-15 minutos). En realidad, también suelo hacer ejercicio por las tardes, así que algunos días hago dos ejercicios: quizá bicicleta por la mañana y natación por la tarde, por ejemplo. Mi cuerpo todavía se está acostumbrando, así que ya veremos cómo funciona.
En cuanto a levantarme a las 4:30, he empezado a hacerlo en los últimos meses; antes era a las 5:00 o 5:30, y antes del año pasado me levantaba a las 6:30, así que realmente me he convertido en una persona madrugadora sólo en el último año.
¿Cómo he conseguido establecer el hábito de madrugar?
Durante muchos años, me levanté tarde. Me encantaba dormir hasta tarde. Luego las cosas cambiaron, porque tenía que levantarme entre las 6 y las 6:30 de la mañana para preparar los almuerzos de mis hijos y prepararlos para ir al colegio. Pero el año pasado, cuando decidí entrenarme para mi primer maratón, decidí que tenía que empezar a correr por las mañanas si quería que me quedara algo de tiempo para mi familia.
Así que me propuse convertir el levantarme temprano en un hábito. Empecé levantándome a las 5.30, luego a las 5.00. Cuando eso se convirtió en un hábito, y tuve que despertarme a las 4.00 o a las 3.30 para una carrera larga temprano, no supuso ningún problema. Y el pasado noviembre, cuando decidí participar en NaNoWriMo, decidí levantarme a las 4 de la mañana para escribir al menos una hora al día. Ahora que he completado ese objetivo de escribir una novela, ya no necesito levantarme tan temprano, sino que he llegado a un feliz compromiso de despertarme a las 4.30. Algunos días, cuando estoy muy cansado (si me acuesto tarde), me levanto a las 5.00 o a las 5.30, pero sigue siendo más temprano de lo que solía levantarme.
Éstos son mis consejos para convertirme en una persona madrugadora:
No hagas cambios drásticos. Empieza poco a poco, despertándote sólo 15-30 minutos antes de lo habitual. Acostúmbrate durante unos días. Luego reduce otros 15 minutos. Hazlo gradualmente hasta que llegues a tu hora objetivo.
Acuéstate antes. Puede que estés acostumbrado a quedarte despierto hasta tarde, tal vez viendo la tele o navegando por Internet. Pero si continúas con este hábito, mientras intentas levantarte más temprano, tarde o temprano uno vas a ceder: te acostarás tarde y tendrás que volver a empezar. Te sugiero que te acuestes antes, aunque creas que no vas a dormir, y leas mientras estás en la cama. Si estás muy cansado, puede que te duermas mucho antes de lo que crees.
Pon el despertador lejos de tu cama. Si está justo al lado de tu cama, lo apagarás o le darás al snooze. Nunca pulses el botón de repetición. Si está lejos de la cama, tendrás que levantarte para apagarlo. Para entonces, ya estás despierto. Ahora tienes que permanecer despierto.
Sal del dormitorio en cuanto apagues la alarma. No te permitas racionalizar el hecho de volver a la cama. Oblígate a salir de la habitación. Mi costumbre es tropezarme con el cuarto de baño e ir a mear. Cuando lo he hecho, he tirado de la cadena, me he lavado las manos y me he mirado mi feo careto en el espejo, ya estoy lo bastante despierto para afrontar el día.
No racionalices. Si permites que tu cerebro te convenza para que no madrugues, nunca lo harás. No hagas que volver a la cama sea una opción.
Permítete dormir hasta tarde de vez en cuando. A pesar de lo que acabo de decir en el punto anterior, de vez en cuando está bien dormir hasta tarde. Siempre que no sea algo habitual. Yo lo hago una vez a la semana más o menos.
Haz que despertarse temprano sea una recompensa. Sí, al principio puede parecer que te estás obligándote a hacer algo duro, pero si lo conviertes en algo placentero, pronto estarás deseando levantarte temprano. Mi recompensa solía ser prepararme una taza de café caliente y leer un libro. Hace poco que he suprimido el café, pero sigo disfrutando leyendo mi libro. Otras recompensas pueden ser desayunar algo rico (¡batidos!), ver el amanecer o meditar. Encuentra algo que te resulte placentero y permítete hacerlo como parte de tu rutina matutina.
Aprovecha todo ese tiempo extra. No te levantes una o dos horas antes sólo para leer blogs, a menos que sea uno de tus principales objetivos. No te levantes temprano y desperdicies ese tiempo extra. ¡Empieza el día con energía! A mí me gusta aprovechar ese tiempo para preparar la comida de mis hijos, planificar el resto del día (cuando establezco mis TMI), hacer ejercicio o meditar y leer. Cuando llegan las 6:30, ya he hecho más de lo que mucha gente hace en todo el día.
¡Disfruta del amanecer! En la medida de lo posible, mira al exterior (o mejor aún, ¡sal a la calle!) y observa cómo se ilumina el cielo. Es hermoso. Y es tranquilo y pacífico. Ahora la madrugada es mi momento favorito del día. Levantarme temprano es una recompensa en sí misma para mí.
¿Y tú? ¿Tienes alguna rutina matutina?
Este post es una adaptación de este artículo de Leo Babauta.
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