Este artículo es una lista de consejos y trucos que, si se utilizan combinados, son una forma casi segura de alcanzar tus objetivos.
Alcanzar objetivos no es cuestión de tener «disciplina». Es cuestión de motivarse y de mantener la concentración en el objetivo. Sigue estos consejos, o cualquier combinación de ellos que te funcione, y tendrás la motivación y la concentración que necesitas.
Aquí los tienes:
1. Registra tu progreso. Hace poco publiqué que había creado una tabla para seguir mi progreso con cada uno de mis objetivos. Esta tabla no es sólo informativa, para que pueda mirar atrás y ver cómo lo estoy haciendo. Es para motivarme a seguir adelante con mis objetivos. Si soy diligente a la hora de revisar mi tabla cada día y marcar puntos o «x», entonces querré asegurarme de llenarla de puntos. Pensaré: «Más vale que lo haga hoy si quiero marcar un punto». Es una pequeña motivación, pero ayuda, créeme. Algunas personas prefieren utilizar estrellas doradas. Otros tienen un registro de entrenamiento, que funciona igual de bien. Hagas lo que hagas, sigue tus progresos y permítete un poco de orgullo cada vez que te pongas una buena nota.
Ahora bien, tendrás algunas marcas malas en tu gráfico. No pasa nada. No dejes que unas pocas malas notas te impidan continuar. Esfuérzate por conseguir las buenas notas la próxima vez.
2. Detente. Cuidado con este truco. Cuando empiezo un nuevo programa de ejercicios, o cualquier objetivo nuevo en realidad, estoy ansioso por empezar. Estoy lleno de ilusión y mi entusiasmo no conoce límites. Tampoco mi sentido de la autolimitación. Creo que puedo hacerlo todo. No pasa mucho tiempo antes de que me dé cuenta de que tengo limitaciones, y mi entusiasmo empieza a decaer.
Pues bien, una gran motivación que he aprendido es que cuando tienes tanta energía al principio de un programa y quieres ir a por todas, DETENTE. No te permitas seguir tu impulso. Haz sólo el 50-75% de lo que quieres hacer. Y planifica un curso de acción en el que aumentes lentamente con el tiempo. Por ejemplo, si quiero empezar a correr, al principio podría pensar que puedo correr 5 km sin problema. Sin embargo, en lugar de hacer eso, empiezo corriendo sólo un kilómetro. Cuando esté haciendo ese kilómetro y medio, me diré a mí mismo que puedo hacer más. Pero no lo hago todavía. Después de ese entrenamiento, estaré deseando que llegue el siguiente, en el que me permitiré hacer 1 kilómetro y medio. No solo mantengo a raya esa energía sino que la aprovecho, para poder llevarla aún más lejos.
3. Únete a un grupo, online u offlin,) que te ayude a mantenerte centrado y motivado. Cuando empecé a correr, hace más de un año, me uní a unos cuantos foros distintos, en momentos distintos, en sitios distintos. Hice lo mismo cuando dejé de fumar.
Cada vez que me unía a un foro, eso me ayudaba a mantenerme en el buen camino. No sólo conocí a un montón de gente que estaba pasando por lo mismo que yo o que ya había pasado por ello, sino que iba informando de mis progresos (y fracasos) a medida que avanzaba. Estaban ahí para darme buenos consejos, para apoyarme moralmente, para ayudarme a seguir adelante cuando quería parar.
4. Pon una foto de tu objetivo en un lugar visible: cerca de tu escritorio o en la nevera, por ejemplo. Visualizar tu objetivo, exactamente como crees que será cuando lo hayas conseguido, tanto si se trata de objetivos económicos como del viaje o la casa de tus sueños, o de objetivos físicos como acabar una maratón o conseguir un vientre plano, es un gran motivador y una de las mejores formas de fijar tus objetivos.
Busca una foto de revista o una imagen en Internet y colócala en algún lugar donde puedas verla no sólo a diario, sino cada hora si es posible. Ponla como foto de escritorio o en tu página de inicio. Utiliza el poder de tu sentido visual para mantenerte centrado en tu objetivo. Porque ese enfoque es lo que te mantendrá motivado a largo plazo: una vez que pierdes el enfoque, pierdes la motivación, así que tener algo que mantenga tu enfoque de nuevo en tu objetivo te ayudará a mantener esa motivación.
5. Consigue un compañero de entrenamiento o de objetivos. Mantener la motivación solo es difícil. Pero si encuentras a alguien con objetivos similares (correr, hacer dieta, finanzas, etc.), mira a ver si quiere asociarse contigo. O asóciate con tu cónyuge, hermano o mejor amigo en cualquier objetivo que estén intentando alcanzar. No es necesario que persigáis los mismos objetivos, siempre que ambos os empujéis y animéis mutuamente a conseguirlos.
6. Simplemente empieza. Hay días en los que no te apetece salir a correr, o calcular tu presupuesto, o lo que sea que tengas que hacer ese día para conseguir tu objetivo. Pues bien, en lugar de pensar en lo difícil que es y en el tiempo que te llevará, dite a ti mismo que sólo tienes que empezar.
Tengo la regla (que no inventé yo) de que sólo tengo que ponerme las zapatillas de correr y cerrar la puerta tras de mí. Después, todo fluye de forma natural. Es cuando estás sentado en tu casa, pensando en correr y sintiéndote cansado, cuando parece difícil. Una vez que empiezas, nunca es tan difícil como pensabas. Este consejo me funciona siempre.
7. Haz que sea un placer. Una de las razones por las que podemos posponer algo que nos ayudará a conseguir nuestro objetivo, como hacer ejercicio, por ejemplo, es porque nos parece un trabajo duro. Puede que sea cierto, pero la clave está en encontrar una forma de hacerlo divertido o placentero. Si la actividad que te has propuesto se convierte en un placer, la esperas con impaciencia. Y eso es bueno.
8. Date tiempo, ten paciencia. Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo. Pero el problema de muchos de nosotros es que esperamos resultados rápidos. Cuando pienses en tus objetivos, piensa a largo plazo. Si quieres perder peso, puede que veas algunas pérdidas iniciales rápidas, pero te llevará mucho tiempo perder el resto. Si quieres correr una maratón, no podrás hacerlo de la noche a la mañana. Si no ves pronto los resultados que deseas, no te rindas… date tiempo. Mientras tanto, alégrate de tus progresos hasta el momento y de tu capacidad para cumplir tus objetivos. Los resultados llegarán si te das tiempo.
9. Divídelo en mini objetivos más pequeños. A veces los objetivos grandes o a largo plazo pueden resultar abrumadores. Al cabo de un par de semanas, podemos perder la motivación, porque aún nos quedan varios meses o un año o más para lograr el objetivo. Es difícil mantener la motivación por un único objetivo durante tanto tiempo. Solución: ten objetivos más pequeños a lo largo del camino.
10. Recompénsate. A menudo. Y no sólo para los objetivos a largo plazo. Más arriba hablé de dividir los objetivos más grandes en mini objetivos más pequeños. Pues bien, cada uno de esos mini-objetivos debe llevar aparejada una recompensa. Haz una lista de tus objetivos, con los mini objetivos, y al lado de cada uno, escribe una recompensa apropiada. Por adecuada, me refiero a que 1) sea proporcional al tamaño del objetivo (no recompenses una carrera de 1 kilómetro con un crucero de lujo por las Bahamas) y 2) no arruine tu objetivo: si estás intentando perder peso, no recompenses un día de comida sana con un atracón de postres. Es contraproducente.
11. Encuentra la inspiración, a diario. La inspiración es uno de los mejores motivadores, y puede encontrarse en todas partes. Busca inspiración cada día, y te ayudará a mantener la motivación a largo plazo. Las fuentes de inspiración pueden ser: blogs, historias de éxito en Internet, foros, amigos y familiares, revistas, libros, citas, música, fotos, gente que conoces.
12. Consigue un entrenador o asiste a una clase. Esto te motivará al menos a presentarte y a pasar a la acción. Se puede aplicar a cualquier objetivo. Esta puede ser una de las formas más caras de motivarte, pero funciona. Y si investigas un poco, puede que encuentres algunas clases baratas en tu zona, o puede que conozcas a un amigo que te ofrezca coaching o asesoramiento gratis.
13. Ten razones poderosas. Escríbelas. Conoce tus razones. Reflexiona sobre ellas… y escríbelas. Si tienes seres queridos, y lo haces por ellos, eso es más poderoso que hacerlo por interés propio. Hacerlo por ti mismo también está bien, pero deberías hacerlo por algo que realmente quieres que ocurra, por razones realmente buenas.
14. Toma conciencia de tus impulsos de abandonar, y prepárate para ellos. Todos tenemos impulsos de abandonar, pero en su mayoría son inconscientes. Una de las cosas más poderosas que puedes hacer es empezar a ser más consciente de esos impulsos. Un buen ejercicio consiste en repasar el día con un trocito de papel y marcar cada vez que sientas un impulso. Así serás consciente de los impulsos. Luego, ten un plan para cuando aparezcan esos impulsos, y planifícalo de antemano, y escribe tu plan, porque una vez que aparezcan esos impulsos, no tendrás ganas de idear un plan.
15. Establece la norma de no saltarte nunca dos días seguidos. Esta regla tiene en cuenta nuestra tendencia natural a saltarnos días de vez en cuando. No somos perfectos. Así que te has saltado un día… ahora llega el segundo día y te sientes perezoso… ¡dite a ti mismo que NO! ¡No faltarás dos días seguidos! Empieza. Después te lo agradecerás.
16. Visualiza tu objetivo claramente, a diario, durante al menos 5-10 minutos. Visualiza tu resultado exitoso con todo detalle. Cierra los ojos y piensa exactamente cómo será, cómo se sentirá, cómo olerá, cómo sabrá y cómo sonará tu resultado exitoso. ¿Dónde estarás cuando alcances el éxito? ¿Qué aspecto tienes? ¿Qué llevas puesto? Forma una imagen mental lo más clara posible. Ahora viene la siguiente clave: hazlo todos los días. Durante al menos unos minutos cada día. Es la única forma de mantener esa motivación durante mucho tiempo.
17. Lleva un diario de tu objetivo. Si eres constante a la hora de llevar un diario, puede ser un gran motivador. Un diario debe contener no sólo lo que has hecho durante el día, sino también tus pensamientos sobre cómo te ha ido, cómo te has sentido, qué errores has cometido, qué podrías hacer para mejorar. Para ser coherente a la hora de llevar un diario, hazlo justo después de realizar tu tarea objetivo cada día. Haz que llevar un diario sea un placer sensorial.
18. Crea una competición amistosa y de apoyo mutuo. Todos somos competitivos por naturaleza, al menos un poco (algunos más que otros). Aprovecha esta parte de nuestra naturaleza humana utilizándola para alimentar tus objetivos. Si tienes un compañero de entrenamiento o de objetivos, tienes todo lo que necesitas para una competición amistosa. A ver quién recorre más kilómetros o ahorra más dinero cada semana o cada mes. A ver quién hace más flexiones o dominadas. A ver quién puede perder más peso o tener los mejores abdominales o perder más centímetros de cintura. Asegúrate de que los objetivos están ponderados para que la competición sea equitativa. Y apoyaos mutuamente en vuestros objetivos.
19. Haz un gran compromiso público. Comprométete plenamente. Esto funcionará siempre. Crea un blog y anuncia al mundo que vas a alcanzar un determinado objetivo en una fecha determinada. Comprométete al máximo.
20. Piensa siempre en positivo. Controla tus pensamientos. Sé consciente de lo que te dices a ti mismo. Todos hablamos con nosotros mismos, mucho, pero no siempre somos conscientes de esos pensamientos. Empieza a escuchar. Si oyes pensamientos negativos, deténlos, expúlsalos y sustitúyelos por pensamientos positivos. El pensamiento positivo puede ser muy poderoso.
Adaptación de un post de Leo Babauta
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